Tenemos una entrevistada muy especial, su nombre es Jenny Ackermann, ex alumna de YFU Alemania quien realizó su intercambio en Chile el año 2007. Ha mantenido una conexión muy grande con nuestro país, por lo que ha venido en más de una ocasión luego de su experiencia. Actualmente reside en Dublín, Irlanda y es parte de nuestra comunidad de socios YFU Chile.
¿En qué año y a qué país viajaste de intercambio?
Soy exalumna de YFU Chile de la generación 2007/08. Desde YFU Alemania llegué a realizar mi intercambio a Chile, específicamente a Ñuñoa en donde pasé un año maravilloso, viviendo con una familia muy acogedora que hasta el día de hoy me considera su hija y hermana.
Cuéntanos un poco de tu intercambio, ¿cuáles fueron los aprendizajes más importantes?, ¿cómo recuerdas esta experiencia?
Mi intercambio fue una experiencia transformadora que me permitió ver el mundo con otros ojos. Al inicio, todo fue extraño y nuevo para mi – desde el idioma que aún no hablaba hasta aprender a vivir con sismos, desde el uso de uniforme escolar hasta dormir con la puerta abierta. Creo que mi aprendizaje más importante fue aceptar las diferencias sin juzgar y mantener curiosidad por todo. Eso incluía cosas tan básicas como parar la micro: en Alemania no estaba acostumbrada a realizar un gesto específico al conductor – estar esperando en el paradero era suficiente para que parara la micro. ¡Se pueden imaginar cuántas micros se me pasaron hasta que por fin aprendí que tenía que hacer algo para que pararan! – y luego, de vuelta en Alemania, cómo me miraba la gente al hacer ese gesto de parar la micro ¡Tenía que volver a aprender a ser alemana!
A pesar de (¿o quizás gracias a?) todas las diferencias culturales, tuve un año de intercambio maravilloso; y muchas de las amistades del colegio siguen hasta el día de hoy. Chile – y YFU – siempre tendrán un lugar especial en mi corazón, e intento regresar a visitar a mi familia y mis amigos regularmente.
¿Cómo crees que haber vivido el intercambio te convirtió en la persona y la profesional que eres hoy?
Mi experiencia en Chile me convirtió en una ciudadana global con un gran interés en las relaciones internacionales y la cooperación global. Aprendí a amar los idiomas y decidí estudiar interpretación de conferencias y relaciones internacionales en Alemania, Chile e Irlanda. Mantengo la esperanza de que, si construimos puentes lingüísticos y culturales entre países, podemos mejorar el mundo para todos. Hoy trabajo en el área de desarrollo sustentable y ayuda humanitaria, enfocándome en los proyectos de educación inclusiva y en proyectos de DDHH. Estoy segura de que mi experiencia en Chile me ha permitido sumergirme sin prejuicios en nuevas culturas, lo que me ha llevado a más lugares fascinantes en el mundo. Hace casi seis años vivo y trabajo en Dublín en Irlanda, pero justo antes de la pandemia, pasé un año trabajando en Guinea-Bissau (África Occidental).
¿Cómo ha impactado la pandemia en tu vida personal?
Creo que la pandemia ha sido difícil para todos. Aquí en Irlanda, tuvimos una de las cuarentenas más largas y estrictas del mundo. Durante los primeros meses, solamente podíamos movernos dentro de un radio de 2km alrededor de nuestra casa. Yo había regresado de Guinea-Bissau en uno de los últimos vuelos antes de que cerraran las fronteras por varios meses, así que estaba muy feliz de haber regresado a Europa, aunque no podía ver a mi familia en Alemania. Comencé a trabajar desde la casa y dediqué mucho tiempo a mi cachorrita que había adoptado justo unas semanas antes del comienzo de la pandemia. ¡Fui muy afortunada de tener a una tan buena compañera durante ese tiempo!
¿Crees que tu intercambio con YFU te preparó de algún modo para sobrellevar la pandemia?
¡Si! Aunque ya han pasado 15 años desde mi intercambio con YFU, creo que aprendí algunas cosas muy valiosas que hasta el día de hoy me acompañan.
Yo creo que uno de los desafíos más grandes durante la pandemia ha sido enfrentarse a lo desconocido y adaptarse a una nueva realidad – un poco como mudarse a un país lejano con una cultura y un idioma diferente. Como alumnos de intercambio, desarrollamos un cierto nivel de resiliencia frente a obstáculos y aprendemos a mantener una mentalidad positiva en tiempos desafiantes.
Hoy quizás se nos ha olvidado un poco, pero hace 15 años todavía no existían los teléfonos inteligentes, ni el WhatsApp. Por tanto, fue mucho más difícil mantener las relaciones con amigos y familiares. Gracias a mi intercambio, aprendí a mantener amistades a pesar de estar físicamente separados.