2006
Familia Anfitriona
Nuestra experiencia ha sido maravillosa, inigualable y en la medida que podamos hacerlo, enviaremos por YFU a nuestra hija Francisca, en unos 4 o 5 años más, así como nos asiste la voluntad de recibir futuros alumnos en nuestro hogar.
Nuestra familia está formada por ex-estudiantes de intercambio: Paulina (mamá) estuvo 6 meses en Alemania en el año 1982, becada por una fundación y Juan Carlos (papá), 3 meses en Ripley, Ohio en 1979.
Ahora, nuestra propia familia, se hace parte de esta oportunidad y experiencia maravillosa que es el intercambio cultural – estudiantil. El año 2006, viajó por YFU nuestro hijo mayor Juan Carlos al pueblo de North East, con la familia Hopkins, en el estado de Pennsylvania, por 6 meses. Posteriormente, recibimos a Linus Kleinlosen, procedente de Husum – Nordfriesland, Alemania, quién compartió con nosotros 1 año. El próximo 14 de Enero del 2009, estamos enviamos a nuestro 2º hijo, Sebastián, de intercambio a USA, no sabemos aún a qué lugar, pero confiamos plenamente en la rigurosidad del proceso de selección de YFU, para que se repita la excelente y provechosa experiencia pasada.
Vivir un intercambio marca la vida, nos marcó a nosotros, y nos permite ver, como padres, un horizonte potencial mucho más amplio para nuestros hijos, permite soltar las amarras, darle herramientas a los hijos para enfrentar la vida y su viaje de intercambio funciona como un pequeño ensayo en el cual los hijos se independizan por un tiempo y aprender a manejar su vida, a administrar su tiempo, su dinero, sus amistades, sus estudios y a compartir con una familia generosa que los hospeda.
El intercambio es una hermosa oportunidad para ser embajadores de Chile en el extranjero, una oportunidad de traer y conocer costumbres y visiones de la humanidad de otra parte del planeta.
Nuestro hijo volvió más maduro, independiente, seguro de sí mismo, hablando perfectamente inglés y con una visión de mundo, de potenciales oportunidades y de vida que no es posible incorporar salvo viviendo esta maravillosa experiencia.
Nuestro hijo alemán difícilmente olvidará su estadía en Chile. Tan cierto es esto, que luego de 1 año y medio que regresó a Alemania a terminar sus estudios, regresa a Chile en unos pocos días para visitarnos y compartir un breve tiempo con sus amistades del colegio. (Ciertamente lo pasó muy bien mientras estuvo en Santiago)
Nuestra experiencia ha sido maravillosa, inigualable y en la medida que podamos hacerlo, enviaremos por YFU a nuestra hija Francisca, en unos 4 o 5 años más, así como nos asiste la voluntad de recibir futuros alumnos en nuestro hogar.
papá), 3 meses en Ripley, Ohio en 1979.
Ahora, nuestra propia familia, se hace parte de esta oportunidad y experiencia maravillosa que es el intercambio cultural – estudiantil. El año 2006, viajó por YFU nuestro hijo mayor Juan Carlos al pueblo de North East, con la familia Hopkins, en el estado de Pennsylvania, por 6 meses. Posteriormente, recibimos a Linus Kleinlosen, procedente de Husum – Nordfriesland, Alemania, quién compartió con nosotros 1 año. El próximo 14 de Enero del 2009, estamos enviamos a nuestro 2º hijo, Sebastián, de intercambio a USA, no sabemos aún a qué lugar, pero confiamos plenamente en la rigurosidad del proceso de selección de YFU, para que se repita la excelente y provechosa experiencia pasada.
Vivir un intercambio marca la vida, nos marcó a nosotros, y nos permite ver, como padres, un horizonte potencial mucho más amplio para nuestros hijos, permite soltar las amarras, darle herramientas a los hijos para enfrentar la vida y su viaje de intercambio funciona como un pequeño ensayo en el cual los hijos se independizan por un tiempo y aprender a manejar su vida, a administrar su tiempo, su dinero, sus amistades, sus estudios y a compartir con una familia generosa que los hospeda.
El intercambio es una hermosa oportunidad para ser embajadores de Chile en el extranjero, una oportunidad de traer y conocer costumbres y visiones de la humanidad de otra parte del planeta.
Nuestro hijo volvió más maduro, independiente, seguro de sí mismo, hablando perfectamente inglés y con una visión de mundo, de potenciales oportunidades y de vida que no es posible incorporar salvo viviendo esta maravillosa experiencia.
Nuestro hijo alemán difícilmente olvidará su estadía en Chile. Tan cierto es esto, que luego de 1 año y medio que regresó a Alemania a terminar sus estudios, regresa a Chile en unos pocos días para visitarnos y compartir un breve tiempo con sus amistades del colegio. (Ciertamente lo pasó muy bien mientras estuvo en Santiago)
Nuestra experiencia ha sido maravillosa, inigualable y en la medida que podamos hacerlo, enviaremos por YFU a nuestra hija Francisca, en unos 4 o 5 años más, así como nos asiste la voluntad de recibir futuros alumnos en nuestro hogar.