En abril tuvimos el placer de entrevistar a Karina Lucero, una mujer trabajadora, aguerrida y por sobretodo muy generosa. Karina, quien ha sido madre anfitriona en dos ocasiones, nos quiso compartir su experiencia.
“Conocimos a YFU a través del Liceo Polivalente de San Nicolás, donde estudia mi hija Sofía, quien después de ser familia anfitriona decidió irse también de intercambio el año pasado. Fue mi hija quien nos contagió las ganas de querer conocer más allá de nuestra burbuja. Sofía estaba convencida de querer irse de intercambio y nosotros decidimos ser familia anfitriona para tener una idea de las vivencias que se le podían presentar. Fue una de las mejores decisiones que hemos tomado, puesto que al convivir con estudiantes internacionales pudimos aprender tanto de sus culturas como de la de nosotros. El comparar y dar a conocer nuestras costumbres, nos permitió ver áreas que al ser tan propias las veíamos como naturales, cosas que para nosotros habían sido siempre así a otros les podía causar curiosidad y hasta gracia. Vivir la interculturalidad desde casa nos ha influido como familia a tal punto que hoy en día estamos pensando en irnos a vivir a otro país y explorar el mundo juntos.
Si bien ser familia anfitriona nos abrió los ojos en muchos aspectos, también implicó un alto nivel de responsabilidad. Para serlo, hay que realmente estar seguros de querer hacerlo y de entender que estás abriendo tu familia a un nuevo integrante dado que la o el estudiante se transforma en un hijo más. Nuestra experiencia se puede resumir en una extensión de horizontes de relaciones familiares con otras personas. Hasta el día de hoy nos comunicamos con nuestros hijos internacionales y nuestra hija con su familia anfitriona. De todas maneras recomendamos esta experiencia y nos gustaría dejar invitados a quienes lo estén pensando en animarse”.