Tailandia
Intercambio en Calama, 2012
Puedo no saber si he crecido en unos cuantos meses, pero si se que he aprendido a pararme y desenvolverme por mi misma. He aprendido a ser paciente, a resolver problemas…y lo más importante es que he aprendido a conocerme.
Mucha gente me preguntó ¿Por qué quieres ser una estudiante de intercambio? Yo respondí porque quería ampliar mis conocimientos sobre culturas diferentes a la mía. Solía preguntarme por qué los jóvenes tailandeses son diferentes a otros jóvenes de otros países, y eso fue lo que me hizo buscar una respuesta.
Quería compartir mi cultura y mi país con personas de otros países, con gente que no conoce Tailandia o que tiene conocimientos equivocados, o cree que es un país subdesarrollado.
Por otro lado quería encontrar nuevas experiencias que no podría tener en mi país; por ejemplo como hacer amigos con personas tan diferentes? Como adaptarme a una nueva familia que nunca había conocido antes? Todas estas cosas fueron grandes razones para decidir ser una estudiante de intercambio.
Ahora, debo decir, ¿qué tal mi experiencia en Chile? Absolutamente la vida no es “de color de rosas”, sin embargo tuve muchas experiencias aquí en Chile.
Lo primero que debo mencionar es acerca de mi familia anfitriona. Nunca antes nos vimos hasta que llegué a Chile. Solo habíamos compartido mensajes a través de e-mails o en Facebook, lo cual no es suficiente como para saber cómo serían.
Cuando llegué a Chile, ellos fueron a buscarme a la oficina nacional YFU Chile para llevarme a casa. Tuve dos hermanas mayores y un hermano de la misma edad que yo (17 años). La primera semana permanecí con mi hermana anfitriona en Viña del Mar y después viajé a Calama junto a mi papá anfitrión. Cuando llegamos a Calama conocí a mi mamá y hermano anfitrión por fin. Fue increíble, fueron muy simpáticos conmigo.
Mi mamá anfitriona hablaba sólo español; por lo tanto no entendía nada al principio, pero ella es muy amable, me encanta. Con mi padre anfitrión no tuve la oportunidad de tener una relación tan cercana porque él iba a trabajar cada día a la mina.
Al colegio fui al mismo curso que mi hermano anfitrión. Él siempre me ayudó a hacer amigos o darme consejos, entendía un poco de inglés al igual que mi hermana.
Mi familia anfitriona era muy parecida a mi familia en Tailandia, así que no fue tan difícil adaptarme a ellos, cuando tuve pequeños problemas, pude solucionarlos, además ellos siempre fueron muy buenos conmigo. Siempre me ayudaron, me aconsejaron, me apoyaron y hacían todo lo que podían para que yo estuviera bien, eso me hizo sentir como si estuviera en mi propia familia; incluso cuando había esas incómodas pero normales discusiones de familia y no sabes que hacer en ese momento, aun así amé mucho a mi familia.
El colegio chileno es muy diferente a mi colegio en Tailandia. El sistema escolar no es igual, por ejemplo, en Tailandia, tenemos mucha tarea a diferencia de acá. No puedo elegir algunos ramos, sino que debo tomar todos los ramos hasta llegar al último año, momento en el cual puedo elegir entre el área de ciencias o lenguaje.
Mi colegio aquí en Chile fue el Colegio Chuquicamata de Calama. Es el colegio más grande que conocí, pero tanto como mi colegio en Tailandia. Estuve en cuarto medio y tuve muchas actividades con mi curso. Era muy entretenido. En mi clase había tres estudiantes de intercambio; de Italia, Islandia y Tailandia. Y sabes qué? Eso me hizo pensar mucho en mis amigos de intercambio europeos y su idioma tan similar al español. Ellos hablaban español más fluido que yo, a veces no me entendían. Me hacía pensar que me encontraban tan aburrida, lo cual a veces me ponía triste y me hacía llorar, pero nunca fueron malos conmigo, al contrario siempre muy simpáticos, solo eran ideas mías que con el tiempo superé.
El tiempo pasó finalmente, aprendí a hacer amigos, como adaptarme a ellos, y muchas cosas que nunca pensé aprendería aun estando en Tailandia. Mis amigos y yo somos muy diferentes. Culturas distintas, rostros, creencias y todo, pero aun así podemos ser amigos. Algo diferente para mí ha sido tener un amigo hombre, porque en Tailandia no es común tener amigo; niños y niñas no son muy cercanos, en general no se da la amistad entre ellos.
El saludo aquí, de saludarse en la mejilla, es muy cercano. La primera vez que experimente este saludo me sentí un poco incomoda, porque nunca había saludado así y en especial a un niño. Pero ahora es muy normal para mí y me acostumbré.
Aprendí el Folklore, es muy divertido y me gustó mucho. Mis compañeros de clase de folklore eran muy amables y buenos conmigo, los voy a extrañar mucho, no los olvidaré.
Su cultura y la mía son muy diferentes. Algunas cosas son buenas y otras cosas no me gustan, lo mismo me sucede con la mía. Aprendí a vivir aquí y eso hizo darme cuenta que era algo que nunca había conocido.
Muchas cosas pasaron en mi vida durante este año, una mezcla de sentimientos entre soledad, pena, extrañar, preocupación, decepción, felicidad, alegría, emoción, satisfacción, etc. Creo que soy afortunada de enfrentar estos sentimientos porque esto es el mundo real, siempre tiene dos caras. Puedo no saber si he crecido en unos cuantos meses, pero si se que he aprendido a pararme y desenvolverme por mi misma. He aprendido a ser paciente, a resolver problemas…y lo más importante es que he aprendido a conocerme.
Gracias a mi familia anfitriona que siempre me ayudó cuando tuve problemas, me aconsejaron, me enseñaron y me quisieron como un miembro más de la familia.
Gracias a mi amigo por su amistad y simpatía, compartir conmigo, las salidas, enseñarme y cuidarme. Gracias a mi familia que siempre me apoyó, me animaron, me aconsejaron, me enseñaron, me permitieron crecer y emprender esta aventura.
Y finalmente gracias a YFU por permitirme tener esta gran experiencia…
Cariños Tong.