Magdalena Valladares, estudiante de Ingeniería Comercial en la Universidad Adolfo Ibáñez, realizó su intercambio a Italia el año 2019 por YFU, actualmente es una activa voluntaria de nuestra comunidad. En esta entrevista pudimos conocer mejor su experiencia de intercambio y cómo ésta influyó en su formación y desarrollo.
¿En qué año y a qué país viajaste de intercambio?
Yo viajé a Italia el segundo semestre del 2019, por un periodo de 6 meses, así que volví a Chile justo antes de la pandemia. Me quedé en el sur de Italia en un pueblo llamado Leverano, e iba a clases en la ciudad más cercana que se llamaba Lecce. Mi familia anfitriona tenía dos hijas pequeñas que fueron mis host sisters, y tuve la suerte de vivir un double placement, por lo que viví con una niña de Venezuela que hasta el día de hoy es como mi hermana.
Cuéntanos un poco de tu intercambio, ¿Cuáles fueron los aprendizajes más importantes?, ¿Cómo recuerdas esta experiencia?
Yo quise ir a Italia para aprender sobre la comida y la cocina, pero llegué y me di cuenta que hay partes de la cultura italiana que me sorprendieron mucho. Viajé con YFU a ciudades turísticas como Roma, Napoli, Milano y fui a Venecia con mi familia anfitriona. Cuando llegué a mi intercambio yo no hablaba absolutamente nada de italiano, pero la gente siempre fue muy comprensiva y aprendí muy rápido el idioma. Vivir en otro país me enseñó a aceptar las diferencias de cultura y adaptarme al cambio, y que no siempre es necesario estar tan rígidamente apegados a nuestra manera de hacer las cosas. También aprendí a ser más independiente, manejar dinero de manera responsable y a resolver mis problemas por mi cuenta. Mi familia anfitriona siempre me ayudó en todo, pero las cosas más cotidianas aprendí a hacerlas sola, lo que me preparó para la vida.
¿Cómo crees que haber vivido el intercambio te convirtió en la persona eres hoy?
Definitivamente el intercambio en otro continente lejos de mi familia me hizo mucho más independiente y me enseñó a estar cómoda con situaciones que me sacan de la rutina. Soy mucho más extrovertida de lo que era antes ya que aprendí a hacer amigos desde cero encontrando cómo comunicarme. Hacer un intercambio también me hizo más responsable, porque tuve que armar mi vida y una rutina con más libertad. Aprendí una de las lecciones que más me han servido en la universidad y es a aceptar el cambio aunque sea incómodo al principio; salir de la rutina siempre es difícil en un comienzo, pero una vez que aceptas el cambio y te adaptas, empiezas a disfrutarlo.
¿Cómo ha impactado la pandemia en tu vida personal?
La pandemia fue un gran cambio para mí y fue difícil al principio, yo venía llegando de un intercambio y quería volver a encontrarme con todos, pero ya no podíamos salir de la casa. Al principio me costó encontrar una rutina y adaptarme a tanto cambio en poco tiempo, pero me di cuenta que ya no veía los cambios como algo malo, sino como una oportunidad de aprender. Entonces, así cambió mi vida la pandemia, la tomé como una experiencia de aprendizaje y decidí ver lo positivo dentro de todo lo malo que estaba pasando, así que hoy en día tengo nuevas habilidades que adquirí durante este período y asumí la costumbre de buscar el lado positivo a todo para aprovechar la oportunidad de aprendizaje.
¿Crees que tu intercambio con YFU te preparó de algún modo para sobrellevar la pandemia?
Sí, definitivamente. Asumí los constantes cambios con las habilidades que te da YFU para afrontar un choque cultural en el intercambio y gracias a esto fue mucho más llevadero. Aprendí a manejar la incertidumbre y sacar el mayor provecho posible de cada momento. Hasta el día de hoy que aún vivimos en pandemia me doy cuenta que uso habilidades que aprendí en mi intercambio, que no podría haber desarrollado sin haber conocido otras culturas. Además, conocí personas de todo el mundo, con quienes constantemente me comunico para saber cómo han sobrellevado la pandemia en sus países y seguir conectada con ellos.
